¿Cuál fue la visión principal de GCA al abordar la rehabilitación de Casa Condeminas?
La consciencia y el respeto, con el objetivo claro de evolucionar el edificio hacia la Modernidad. El lugar, la historia y el momento actual, son conceptos que caracterizan la Casa Condeminas y su porvenir.
Situada frente al mar, que inspiró su creación, y cerca del centro histórico de Barcelona, adviene un tributo a la historia y arquitectura de la ciudad. Construida hace más de 175 años, enmarcada en el Modernismo que definiría su estilo, es una obra que se distingue por su sofisticación, su aprecio por las artes decorativas y su diseño.
Su rehabilitación, de acuerdo a los tiempos actuales, exigía la integración de la Modernidad en su diseño, funcionalidad y eficiencia, pero siempre tuvimos claro que era un concepto que teníamos que incorporar desde la consciencia del lugar y su historia. Había que respetar sus orígenes en la rehabilitación, preservando a la vez que integrando los elementos originales mezclados con nuevos conceptos y adaptando los espacios adecuadamente para el nuevo uso.
¿Cuál fue el aspecto más desafiante de renovar un edificio con tanta relevancia histórica?
Uno de los retos más importantes de este proyecto fue adaptarlo a la normativa vigente sin alterar la composición original del edificio. Integración podría ser la palabra clave que se utilizó en cada una de sus disciplinas. Para poder rehabilitar los diferentes elementos, fue necesario adentrarse en su pasado, entender la intención de ese momento, y partir de ahí reinterpretarlo y reconvertirlo. Cada espacio es único, y la lectura que se hizo fue la de entender todo el conjunto y establecer una serie de parámetros que permitiera entender la transición y el diálogo entre los diferentes espacios.
Al tratarse de un edificio catalogado, se exigieron unas condiciones más complejas a las de un edificio convencional, se trataba de dar respuesta ante el Departamento de Patrimonio de Barcelona, a la historia del edificio y a la normativa actual para conseguir un resultado que cumpliera con todas las disciplinas. Para poderlo lograr tuvimos que huir de los detalles constructivos convencionales y diseñar nuevas soluciones que dieran respuesta al punto anterior.
¿Cómo logran armonizar las comodidades modernas con la arquitectura histórica del edificio?
Con mucho cariño. El equipo de GCA Architects ha estado trabajando durante más de 9 años junto a un gran equipo de especialistas en rehabilitación y de artesanos expertos en las diferentes materias, algunos de ellos fueron la tercera generación de sus creadores por lo que pudimos garantizar la calidad de la ejecución estableciendo las mismas técnicas y procesos de calidad que en sus orígenes. En el edificio Condeminas, no se priorizó la velocidad de ejecución si no la calidad en los trabajos de recuperación y artesanía.
Como premisa se respetó el contexto ambiental original y se integraron en un segundo plano los diferentes elementos para conseguir el confort necesario sin alterar su función. La ubicación, los colores, las formas, etc. fueron algunos recursos que se utilizaron para que ciertos elementos pasaran desapercibidos.
Uno de los puntos principales del desarrollo de diseño fue la completa integración de los espacios, entre ellos y entre los elementos que lo forman. El objetivo fue conseguir una dualidad que se complementara mutuamente con las características propias del ambiente y con las necesidades y tecnologías del momento.
Casa Condeminas se levanta en un punto neurológico de la ciudad. Cuéntanos alguna anécdota personal relacionada con el barrio Gótico de Barcelona.
Uno de los días que fui a visita de obra, justo de la Casa Condeminas, hacía tiempo que no me paseaba por el Gótico y como me venía de camino, más o menos, entre visita de obra y visita de obra, me apeteció adentrarme en él para buscar algún sitio donde parar a comer. Callejeando, giré una esquina y para mi sorpresa encontré una pequeña plaza que no recordaba, rodeada de edificios antiguos con fachadas llenas de historia y balcones de hierro forjado. Entonces, una señora de edad avanzada, alrededor de unos 80 años, (no vi de donde venia) se me acerco sonriendo y con un perfecto catalán me pregunto que, si era arquitecto, sorprendiéndome mucho porque en aquel momento no llevaba ningún elemento que me identificara como tal. Fruto de mi sorpresa, me la quedé mirando por unos instantes sin contestar, y ella directamente se adelantó contestándome, que lo sabía por la forma en que miraba los edificios, que su padre había sido arquitecto y que habían vivido toda su vida en esa plaza. Fue un momento entrañable.
¿Con que arquitecto famoso te gustaría colaborar y por qué?
Si tuviera la oportunidad, elegiría a tres: Ludwig Mies van der Rohe, Richard Neutra y Frank Lloyd Wright. Cada uno de ellos dejó una marca indeleble en el mundo del diseño y la construcción. En los tres encontraríamos una combinación sobre simplicidad y funcionalidad, la relación con el entorno natural y la creación de una arquitectura orgánica y holística. Principios comunes y una forma de hacer arquitectura que comparto y con la que me identifico.
¿Cuál es tu lugar favorito en Barcelona para desconectar y buscar inspiración cuando no estás trabajando?
Tengo la fortuna de residir en una ciudad muy rica arquitectónicamente, cultural e históricamente. Además de su riqueza patrimonial y su vida cultural cosmopolita con tanta mezcla de influencias, es muy cercana a escenarios naturales completamente en contraste con lo que es la vida en la ciudad, el mar y la montaña a un paso. Sencillamente, un privilegio que valoro mucho.
No tengo un lugar favorito para encontrar inspiración en Barcelona y/o alrededores. Casi casi que la inspiración te encuentra, se trata más de hallar el momento de tranquilidad, prestar atención a los detalles y de tener la mente abierta para apreciar como todos los elementos e influencias del entorno se revelan.
¿Cuál es tu secreto mejor guardado para disfrutar de la ciudad como local?
Primero, es fundamental comprender la importancia del barrio en la vida barcelonesa. Cada distrito tiene su propio carácter y encanto. Gràcia, por ejemplo, conserva un aire bohemio con sus plazas y calles estrechas, perfectas para andarlas sin rumbo fijo. Aquí, las pequeñas tiendas de diseñadores locales y los bares de tapas familiares ofrecen una experiencia acogedora. El Mercat de la Llibertat, menos conocido que La Boqueria, es un lugar ideal para conocer los sabores locales y conversar con los vendedores sobre el producto de proximidad.
Sumergirse en el ritmo de vida local. Adoptar el hábito del «vermut» en una terraza soleada, en alguno de esos bares que producen el suyo propio. Ahí reside la verdadera esencia de la socialización barcelonesa.
Desde una perspectiva más creativa y/o intelectual, no hay mejor manera de conocer la ciudad que a través de su arte y arquitectura. Más allá de los famosos iconos de Gaudí, Barcelona está llena de joyas arquitectónicas no tan reconocidas, como podría ser el Hospital de Sant Pau, con un origen y una evolución cambiante respondiendo a los diferentes momentos históricos en relación a los avances en medicina, el crecimiento y necesidades de la ciudad. Después encontramos también las galerías de arte contemporáneo, como la Fundación Joan Miró o el MACBA, conectando con una escena artística local así como global, en un marco más actual. Las librerías de segunda mano, como La Central del Raval, son buenos lugares para encontrar particularidades literarias y participar en charlas y eventos culturales. El Ateneu Barcelonès, una institución centenaria, ofrece un espacio para el intercambio de ideas y la participación en debates y conferencias sobre temas diversos.
En resumen, para mí, el secreto para disfrutar de Barcelona como un local radica en una combinación de exploración consciente, apreciación del arte y la arquitectura, y la adopción de las costumbres locales. Sumergirse en los barrios, conectar con la gente y dejarse llevar por el ritmo de la vida cotidiana.
Un restaurante frente al mar.
Un restaurante frente al mar, el Quesada, no se encuentra en Barcelona sino en Gavá Mar. Lo conozco hace unos 40 años y todavía conserva su acceso único por la playa que lo hace más especial, literalmente tienes que descalzarte por la arena para poder acceder, y por supuesto su terraza en primera línea de Mar. Guardo recuerdos de muy buenos ratos en este lugar.
Un libro que nos puedas recomendar.
El elogio de la sombra de Jun’ichirō Tanizaki. Nos habla de la estética tradicional japonesa y contrasta la cultura occidental con la oriental. Lo hace desde una reflexión profunda sobre la belleza sutil de lo imperfecto y lo evanescente, destacando cómo la iluminación tenue y los materiales naturales realzan la esencia de los espacios y los objetos y de cómo estos elementos desempeñan un papel fundamental en la arquitectura, la decoración y la vida cotidiana de Japón.
Una ciudad por descubrir.
Desde una visión arquitectónica, a lo largo de la historia, Barcelona ha vivido tres momentos destacables que la han llevado a tener un universo creativo propio.
El primer momento clave coincide con la eclosión del comercio mediterráneo y de un imperio en expansión. Una inmersión en la cultura y la historia del lugar que refleja y celebra el espíritu cultural único del sitio específico. Fue entonces, durante el siglo XIII, cuando nace el actual centro histórico repleto de edificios góticos. Más tarde, a finales del siglo XIX, Barcelona tuvo su segunda gran época, con el derribo de las murallas medievales y el progreso de expansión urbana que trajo EL EIXAMPLE. Fue una liberación de la arquitectura que también abrió las puertas a la imaginación de los modernistas. Finalmente, en 1986 y 1992, Barcelona aprovecha la entrada de España en Europa y la organización de los Juegos Olímpicos, para proyectarse al mundo con una nueva imagen. La ciudad, apuesta por ser el referente internacional de un nuevo modelo urbano.
La herencia de todos estos momentos caracterizan a la Barcelona actual y a la vida que se lleva en ella día a día. La arquitectura de Barcelona es un espectáculo en sí mismo, aquí, cada rincón cuenta un relato, ofreciendo una combinación única de historia, cultura, arquitectura y gastronomía.